Análisis del discurso político de Michelle Bachelet en las campañas electorales
Resumen
A medida que se amplía la participación de las mujeres en los escenarios políticos, se hace patente la necesidad de investigar la relación entre política, lenguaje y género, no solo desde el punto de vista lingüístico, sino también socio-político. El presente trabajo intenta examinar los discursos de las dos campañas electorales presidenciales (2005 y 2013) de Michelle Bachelet para determinar su forma tanto de comunicarse con el público como de presentarse como mujer – política. Se toma el marco analítico del Análisis Crítico del Discurso como metodología principal. Los elementos sobresalientes del corpus analizado pueden ser resumidos en las siguientes
Abstract
As the participation of women in political scenarios is extended, it becomes obviously necessary to investigate the relationship between politics, language and gender, not only from a linguistic point of view, but also from a socio-political point of view. This paper aims to examine the discourses of two presidential campaigns (2005 and 2013) of Michelle Bachelet to identify how she communicates with the public and to observe how she presents herself as a female politician. This study employs the analytical framework of Critical Discourse Analysis as its main methodology. The salient elements of the analyzed corpus can be summarized in the following key words: atypical political discourse, closeness and empathy, seasoned politician.
Keywords:
Female Language, Discourse Strategies, Political Language, Political discourse, Critical Discourse AnalysisLenguaje femenino, Estrategias discursivas, Lenguaje político, Discurso político, Análisis crítico del discurso
Ⅰ. Introducción
Con el regreso al poder de Michelle Bachelet en 2014, quien ocupó ya la presidencia entre 2006 y 2010, América Latina pasa por un momento histórico. El hecho de que tres mujeres, Cristina Fernández de Argentina, Dilma Rouseff de Brasil y Michelle Bachelet de Chile, estén en el poder simultáneamente es algo inédito. Este hecho tiene otro significado llamativo desde el punto de vista político: las tres mandatarias que pertenecen a la misma generación se afilian a los movimientos de izquierda y el comienzo de su carrera política se halla en los años 70, tiempo de opresión de regímenes militares en sus respectivos países. Parece que la figura de estas mujeres como política se caracteriza por aparentes similitudes pero guardan también diferencias en varios aspectos como, por ejemplo, la forma de dirigirse al público. Con el fin de que el liderazgo femenino genere efectos políticos deseados, una de las herramientas más eficaces, entre otras muchas, es el lenguaje, puesto que la mayoría de las acciones políticas se realizan por medio del texto y del habla. A medida que se amplía la participación de las mujeres en los escenarios políticos, construidos a base del poder y dominados tradicionalmente por los hombres, se hace patente la necesidad práctica y científica de explorar la relación entre política, lenguaje y género.
El establecer teóricamente el vínculo conceptual entre la actividad política y la comunicación lingüística requiere el punto de vista interdisciplinario. Hay que entender que la reciprocidad entre estos dos elementos es esencial. Si el papel que juega el lenguaje es ineludible en el funcionamiento de la política, debe demostrar que en la ausencia del lenguaje lo político no se completa. En cambio, si se destaca lo lingüístico de la comunicación política, debe ser claramente descifrado el carácter político entrañado en ella (Hong 2011, 187). A esta interrelación se la denomina lenguaje político o el lenguaje de la política. Cuando lo tratamos de manera interdisciplinaria, lo primero que se cuestiona es su definición. Coseriu (1987, 9) emplea el término “lenguaje de la política1” explicando que este corresponde a una perspectiva en la que el lenguaje se considera como uso lingüístico propio de las actividades políticas. Pero esto no significa que existan un sistema del lenguaje o vocabularios clasificados para un uso exclusivo en el área política. La realización del lenguaje político es el resultado de la transformación pragmática y retórica de las expresiones y de los actos de habla. En este sentido, Fernández (1999, 19) sostiene que teniendo en cuenta las características del lenguaje de los médicos o de los arquitectos, el lenguaje político no es una lengua especial porque el léxico no es unívoco y porque el discurso no solo se dirige a los miembros de la política, sino a un público más amplio. No es una lengua especial pero sí es un leguaje especialmente complejo debido a la complejidad inherente de la actividad política.
En un sentido amplio, el lenguaje político se entiende por un lenguaje utilizado en la política pero puede ser especificado en tres sentidos diferentes. Según Coseriu (1995, 11-16), el lenguaje de la política puede entenderse como:
- Léxico político, que corresponde a la terminología relativa a las nociones e instituciones políticas como, por ejemplo, democracia, liberalismo, socialismo, Constitución, partido, régimen, gobierno, parlamento, Cortes, revolución, etc.
- Modo de emplearse los signos lingüísticos en la política. Es decir, el uso lingüístico determinado por las actitudes e ideologías políticas, de los valores y matices especiales que las palabras suelen adquirir en el marco de determinadas ideologías.
- Conjunto de procedimientos propios de los discursos políticos. Se trata del empleo del lenguaje en discursos o textos políticos y de los rasgos lingüísticos propios de tales discursos.
Pues bien, lo que nos interesa es la forma concreta en la que se realizan las actividades políticas a través del lenguaje, es decir, el discurso político. La finalidad de los textos políticos es la eficacia práctica. Debe conseguir la confianza o el voto de los ciudadanos. Es interesante observar cómo las líderes hispanohablantes manejan y presentan sus discursos para conseguir esa finalidad tanto desde el punto de vista lingüístico como desde el de socio-político. El presente estudio pertenece a un proyecto de investigación, que consiste en analizar el lenguaje político femenino. Específicamente, pretende describir los rasgos discursivos de Michelle Bachelet de Chile y Cristina Fernández de Argentina y compararlos. Este estudio, que corresponde a la primera parte de la investigación2, se centra en examinar los discursos de las dos campañas electorales presidenciales (2005 y 2013) de Bachelet e intenta explorar su forma tanto de comunicarse con el público como de presentarse como mujer-política.
Ⅱ. Discurso político
Definir la noción de política en sí no es una tarea fácil. Con lo cual, definir la de discurso político tampoco lo es. No obstante, si acudimos a un sentido más amplio y general de la política, que corresponde a una actividad relacionada con el poder, podemos entender que el discurso político es una herramienta del poder. Para analizar cómo el lenguaje se manifiesta y consigue su objetivo en las actividades políticas es necesario delimitar adecuadamente el objeto de estudio. Por un lado, el discurso político es, desde un punto de vista simplista, “aquello que es dicho por sus actores o autores, los políticos” (van Dijk 1999, 12). Por otro lado, como bien señala Fairclough (2008, 172), el discurso es una categoría empleada tanto por los teóricos y analistas sociales como por los lingüistas y el término se refiere al uso lingüístico hablado o escrito. Este uso lingüístico se entiende como una práctica social puesto que implica que es un modo de acción situado histórica y socialmente, en una relación dialéctica con otros aspectos de ‘lo social’, pero también es constitutivo de lo social, en tanto contribuye a configurar lo social (Fairclough 2008, 172). Entonces si se le añade a este carácter social del discurso el punto de vista interaccional del análisis del discurso, nos surge la cuestión sobre cómo enmarcar de manera exacta la esfera del discurso político. Si se incluyen la política y los discursos derivados dentro del ámbito público, los políticos no son los únicos productores del discurso político. Aparecen otros participantes de actos comunicativos políticos, tales como la gente, el pueblo, los ciudadanos, las masas y otros grupos o categorías (van Dijk 1999, 13-14). Asimismo, cabe la posibilidad de que el discurso político se extienda a todos los textos que tengan la intención política o que puedan ser interpretados como algo político. En este sentido, van Dijk (1999, 14) subraya que “la gente como ciudadanos y votantes, miembros de grupos de presión y grupos emergentes, activistas y disidentes, así como sus organizaciones e instituciones pueden formar parte del proceso político, y muchos de ellos se involucran activamente en el discurso político”.
Si lo que nos interesa es observar el uso lingüístico de los políticos propiamente dichos, es decir, los que realizan actividades vinculadas con el poder institucional, creemos necesario descartar aquellos discursos con posibles efectos políticos para que el análisis del discurso político no quede en una línea difusa coincidiendo con el análisis del discurso público en general. Entonces ¿con qué criterio se distinguen los textos que puedan ser catalogados como discurso político y los que no? Una forma, no completa pero menos arriesgada, sería delimitar el contexto en el que se producen los textos políticos. En este aspecto coincidimos, una vez más, con van Dijk (2009, 279), que reitera lo siguiente:
“El discurso político no se define en primer lugar por el tema ni por el estilo, sino más bien por quién habla y a quién se dirige, en carácter de qué, en qué ocasión y con qué objetivos. En otras palabras, el discurso político es especialmente político a causa de las funciones que cumple en el proceso político”.
Siguiendo esta definición contextual del discurso político, tomaremos como textos del discurso político los que se satisfacen varias de dichas condiciones. Las situaciones políticas, acordemente entendidas como tales, son las elecciones, las sesiones parlamentarias, los congresos de los partidos, etc. En el presente estudio, el discurso político se limita a los textos producidos por los políticos en contextos políticos institucionales para realizar actividad política y generar efecto político, tales como oratorias, debates parlamentarios, propaganda o lemas de las campañas electorales, etc. Y se entiende por el análisis del discurso político el examinar la actividad política realizada a través del lenguaje aplicando la metodología lingüística.
2.1 Discurso político y género
Las creencias populares sobre el habla femenina la caracterizan como cortés y refinada. Y los análisis científicos revelan que hay indicios de un mayor uso de la indirección y la aserción atenuada, es decir, el habla femenina es indirecta o alusiva (Violi 1991, 82). Se observan también una excesiva formalidad, el uso de un léxico vacío o la trivialidad de sus conversaciones (Lakoff 1973, 75), así como un mayor respeto por los turnos de conversación (Coates 1986, 152). Pese a que no es nuestra intención presentar el recorrido por los diferentes modelos teóricos y descubrimientos empíricos sobre lenguaje y género, creemos necesario exponer una breve mención sobre el estado actual al respecto.
Los estudios lingüísticos en cuanto al habla femenina se han desarrollado desde tres perspectivas. La primera, destacada por los trabajos de Lakoff (1973, 1975), se fundamenta en la teoría de la sociedad patriarcal. Sostiene que la debilidad de carácter de las mujeres, por el dominio de los hombres, hace recurrir al uso de expresiones afectivas o emotivas. La siguiente corriente se basa en la diferencia intrínseca entre ambos sexos y explica las respectivas maneras del uso del lenguaje con criterios culturales (Coates 1986, Tannen 1990). No obstante, una idea tan aceptada como acordada en la actualidad es que no se puede observar las características lingüísticas apartándose del contexto. Así pues, la última perspectiva trata el género como una variable más entre muchas otras que entran en juego en la comunicación y el contexto es el que toma un papel decisivo para determinar las tendencias o características de uso.
Como se ha dicho al comienzo, a medida que se eleva el número de las mujeres en el mundo de la política, se eleva también el interés hacia las estrategias discursivas que emplean ellas tanto para consolidar su terreno político como para convencer sobre su legitimidad política a su público. Ya existen resultados de gran valor de las investigaciones sobre las características lingüísticas de las políticas de habla hispana. Estos proponen que las principales propiedades que se le atribuyen al lenguaje femenino no encajan en el lenguaje parlamentario, en el que resaltan las aserciones intensificadas y agresivas. Brenes (2012) analizó veinte comparecencias de la VIII Legislatura del parlamento andaluz para comprobar si las parlamentarias andaluzas utilizan un lenguaje indirecto con formas verbales corteses. Concretamente, la autora examina si se observa un mayor grado de la ironía verbal como recurso atenuador en la verbalización de las estrategias emitidas. El resultado indica que sí se constata una mayor preferencia de las parlamentarias andaluzas hacia el empleo de este recurso. No obstante, la causa no se halla en la indirección y cortesía consideradas como rasgos inherentes del habla femenina, sino que se debe al fenómeno de degradar la imagen social de su oponente sin tener que arriesgarse a ser acusadas por ello y pudiendo exponer, al mismo tiempo, sus cualidades oratorias (Brenes 2012, 93).
Otra característica que se le atribuye al lenguaje femenino es el afecto o la emotividad. Sin embargo, el vínculo entre género y el factor afectivo en el comportamiento lingüístico no se aclara de manera sólida, ya que los estudios que tratan el empleo de la expresión de la afectividad de hombres y mujeres (Simon y Nath 2004; Alcalá et. al. 2006) lo justifican a través de las posiciones sociales o la edad. Es decir, el género no es la variable absoluta para determinar la tendencia. En este sentido, Carranza (2012) aborda el factor afectivo desde una perspectiva funcional para comprobar si las mujeres se decantan en mayor grado por aquellas expresiones que los hombres en el escenario político. El análisis de siete debates de cuatro Comisiones del Parlamento Andaluz revela que los parlamentarios, tanto hombres como mujeres, hacen un uso paralelo del afecto en sus intervenciones con una sustancial diferencia entre la expresión implícita y explícita. Aunque los miembros femeninos del foro parlamentario de Andalucía utilizan menos las expresiones del afecto explícito, estamos de acuerdo con la investigadora en que este fenómeno no se explica meramente en la diferencia de género, sino que requiere más estudios empíricos para precisar el vínculo.
Existe una forma distinta de acercarse al tema de lenguaje, género y política. Teurel (2012) analiza la cobertura del nombramiento de tres mujeres como ministras de Defensa en los medios de comunicación para observar cómo la prensa configura la imagen social de las políticas. Se realiza un análisis comparativo para entender la imagen compuesta por los periódicos sobre Michelle Bachelet (Chile, nombrada en 2002), Nilda Garré (Argentina, nombrada en 2005) y Carme Chacón (España, nombrada en 2008) en sus respectivos países. La conclusión que saca la autora mediante un análisis de frames3, es que el género no se constituye como el frame primario en la prensa argentina y chilena pero sí es una preocupación en la española (Teurel 2012, 21). Mientras la prensa chilena y argentina tienden a limitarse a mencionar que se trata de la primera mujer como Ministra de Defensa, la española recalca en el valor del género. Este estudio lingüístico nos sugiere una metodología diferente pero trascendental para reflexionar la presencia de valores de género en la política y, al mismo tiempo, nos permite observar el progreso del compromiso político con igualdad.
2.2 Discurso político de las Presidentas de Latinoamérica
Se desarrollan varias líneas de investigación respecto a la forma de dirigirse al público de las líderes en el poder gubernamental de Latinoamérica. Por un lado, en el ámbito de la publicidad política o el marketing político, de los medios de comunicación y del programa político se analizan las estrategias o los lemas utilizados en las campañas electorales, así como el efecto que generan dichos elementos en el resultado de las elecciones. Por otro lado, se aprecian estudios que concurren a la noción retórica de ethos para investigar la construcción de la imagen de sí mismas en los discursos de las mandatarias. Como el presente estudio se centra en los discursos de Bachelet, citaremos de manera somera algunos estudios relacionados.
Segovia (2012) explora los ethos creados por Ricardo Lagos en la campaña electoral de 1999 y por Michelle Bachelet en la de 2005. La construcción de la imagen de sí mismo de Lagos se destaca por resaltar la energía y la potencia en el uso de la palabra, lo que el investigador denomina un ethos “combativo y potente” (Segovia 2012, 85-88). Y el ethos presentado por Bachelet durante su campaña electoral revela una tendencia a recalcar su condición de mujer y su aspecto sensible: un ethos de “mujer reivindicativa y sensible” (Segovia 2012, 91-97). En los textos discursivos de nuestro corpus se observan también rasgos semejantes, los cuales se expondrán en el apartado del resultado de análisis.
Vitale (2014), por su parte, llevó a cabo un estudio interesante en el que se investiga la forma de construir el ethos femenino de las tres Presidentas de América del Sur. El análisis de los discursos de asunción del cargo de Bachelet (2006), Fernández (2007) y Rousseff (2011) indica que las Presidentas hacen uso estratégico de su condición de ser mujer a través de “la apelación al estereotipo de la madre cariñosa que cuida a los desvalidos, como sucede con Bachelet y Rousseff, o para incluirse en una serie de mujeres modélicas de la historia, como hace Fernández de Kirchner” (Vitale 2014, 78). Sin embargo, las tres muestran diferentes grados de confrontación y no acuden a los mismos estereotipos sobre las mujeres. Esto significa que, aunque presentan de manera positiva o favorable el hecho de ser mujer-política, ellas no construyen un mismo ethos femenino en sus discursos.
Entre las investigaciones desarrolladas sobre el discurso de Bachelet, se hallan algunas que se basan en la perspectiva teórica y metodológica del Análisis del Discurso. Se destaca el trabajo de Correa (2012) en el que se plantea abordar la elección lingüística preferente que efectúan cuatro mandatarios chilenos siguiendo el concepto de función estratégica de Chilton y Schäffner (2005). Dicho concepto se entiende como una categoría intermedia que permite relacionar situaciones y procesos políticos con tipos discursivos y niveles de organización del discurso4. Los cuatro discursos presidenciales elegidos de tendencias políticas contrarias y de distintas etapas de la historia de Chile corresponden a Jorge Alessandri Rodríguez, Salvador Allende, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera. Este trabajo tiene especial interés puesto que analiza los textos discursivos considerando los niveles sintáctico, semántico y pragmático del lenguaje. Es el único trabajo, que hemos encontrado hasta el presente, enfocado fielmente en la perspectiva lingüística. Por último, podemos mencionar el estudio que trata la última campaña electoral de Bachelet. Herrera et. al. (2013) analiza el discurso del acto de proclamación como candidata presidencial para averiguar las posiciones de enunciación y las tonalidades discursivas empleadas, teniendo en cuenta la modalidad de liderazgo político femenino que ejerce su figura.
Creemos que ha sido necesario revisar las investigaciones que tratan el mismo objeto de análisis que el nuestro, ya que no sólo nos permite ir cotejando los hallazgos, sino también encontrar y ocupar vacíos tanto metodológicos como interpretativos. Este estudio y los siguientes por venir, pertenecientes al proyecto investigativo, pueden tener interés por ser el primer estudio que emprende dos líneas de análisis paralelamente: por una parte, se comparan los discursos de la primera campaña electoral con la segunda de Bachelet y Fernández de forma separada y, por otra parte, se realizará un estudio comparativo cruzado para establecer semejanzas y diferencias. Se exponen, a continuación, la metodología aplicada y el resultado del análisis para determinar las particularidades discursivas de la actual Presidenta de Chile en sus pasadas campañas electorales.
Ⅲ. Metodología
Al delimitar la esfera del discurso político, hemos acudido a dos ideas principales de análisis del discurso: la teoría social de Fairclough y la definición contextual de van Dijk. Fairclough (2008, 176) define el discurso, como nombre abstracto, “el uso lingüístico concebido como práctica social”. Esto implica que para analizar el uso lingüístico de una actividad social particular es imprescindible tener en cuenta la naturaleza social del lenguaje y su funcionamiento en las sociedades. Esta idea construye el eje principal del Análisis Crítico del Discurso. Fairclough (2008, 172) sostiene que es vital que el Análisis Crítico del Discurso explore la tensión entre dos lados de uso lingüístico, el de estar constituido socialmente y el de ser socialmente constituido, en lugar de aproximarse desde la perspectiva estructuralista. Esta perspectiva nos permite indagar en los aspectos semióticos de los eventos o problemas sociales, ya que la dimensión semiótica corresponde a los textos e intenta analizarlos, no enfocados exclusivamente en lo lingüístico, sino en la propiedad parcialmente lingüística de aquellos eventos o problemas sociales (Fairclough 1995, 232).
El discurso político como práctica social no puede ser analizado de forma aislada de su contexto, es decir, del sistema y situación políticos a los que pertenece. En este sentido, van Dijk (2009), nos sugiere una metodología sostenible para el objetivo de nuestra investigación. Consiste en entender el proceso de producción e interpretación del discurso político en un evento determinado, en nuestro caso, la campaña electoral para la presidencia. El autor afirma que esta metodología, como una disciplina auxiliar de la lingüística, abarca el estudio y análisis de unas acciones sociales variadas que se realizan a través del discurso. Pero lo que nos llama la atención de su teoría es el enfoque en el proceso cognitivo para interpretar las instancias de uso lingüístico en la política. van Dijk (2009, 251-252) acentúa la importancia de relacionar la política, la cognición y el discurso. Las relaciones entre dichas disciplinas son tan evidentes como interesantes:
“El estudio de la cognición política se interesa principalmente en las representaciones mentales que comparten las personas en su condición de actores políticos. […] De tal modo que, con frecuencia, el tratamiento de la información política es una forma de procesamiento de los discursos, también porque una parte importante de la acción y la participación políticas se cumple a través del discurso y la conversación. Por otro lado, un estudio del discurso político sólo es teorética y empíricamente eficaz cuando las estructuras del discurso pueden relacionare con las propiedades de las estructuras y los procesos políticos”.
Tanto la teoría social de Fairclough como el acercamiento cognitivo de van Dijk sugieren la necesidad de realizar estudios sobre el discurso político a través de una herramienta analítica intermedia que pueda vincular la situación política, la propiedad lingüística y los niveles de organización del discurso. El Análisis Crítico del Discurso es una perspectiva interpretativa y una disciplina integral y crítica. También puede tratar sobre cuestiones interculturales y de los valores de grupos étnicos o de género. Esa es la razón por la que lo tomamos como metodología del estudio. Según Laborta5, los principios que orientan la interpretación crítica son los siguientes:
- primero, la realidad se construye discursivamente;
- segundo, la intervención del discurso sobre lo real es mediata, es decir, indirecta y compleja, pues inciden mediaciones instrumentales e históricas;
- tercero, la investigación discursiva tiene un compromiso crítico, que implica el dominio de técnicas de análisis interdisciplinares, el estudio de problemas sociales y la formación de una consciencia personal.
Pues bien, se aplican dos niveles de análisis para aproximarnos a los discursos de Michelle Bachelet de las campañas electorales de 2005 y 2013. Conscientes de la inherente interdisciplinariedad y complejidad del análisis de discurso político, seguimos el marco teórico y metodológico del Análisis Crítico del Discurso y empleamos también conceptos de la retórica y de la pragmática, dos disciplinas lingüísticas que estudian el uso del lenguaje y los principios que regulan la comunicación.
Ⅳ. Resultado del análisis
La recolección de datos se realizó a través de la búsqueda de los discursos en la web. Los discursos emitidos durante la campaña de 2005 están publicados en la página web del Centro de Estudios Miguel Enríquez6. Y los de la de 2013 pueden ser consultados en la página web oficial de la entonces candidata: www.michellebachelet.cl. El corpus de este estudio se compone de los siguientes discursos:
- Discurso – 2 de diciembre de 2004
http://www.archivochile.com/Chile_actual/Elecciones_2005/Bachelet/12%20Nuestro_sueno.pdf
- Discurso en el Congreso del Partido Socialista de Chile – 28 de enero de 2005
http://www.archivochile.com/Chile_actual/Elecciones_2005/Bachelet/11%20Los_valores.pdf
- Carta a los chilenos del Programa de Gobierno de candidatura presidencial – 18 de octubre de 2005
http://www.archivochile.com/Chile_actual/Elecciones_2005/Bachelet/01%20Programa_de_Gobierno.pdf
- Discurso de la primera vuelta – 11 de diciembre de 2005
http://www.archivochile.com/Portada/Elecciones_2005/discurso_mb.pdf
- Discurso del lanzamiento como candidata en el Centro Cívico El Bosque - 27 de marzo de 2013
- Discurso del cierre de la campaña en Quinta Normal - 13 de diciembre de 2013
http://michellebachelet.cl/comienza-el-cierre-de-campana-de-michelle-ensantiago/
Los elementos sobresalientes del corpus analizado pueden ser resumidos en las siguientes palabras claves: discurso político atípico, cercanía y empatía, política experta.
Discurso político atípico
Según van Dijk (1990, 27), en el discurso político tradicional las referencias al presente tienden a ser negativas y las promesas de cambios futuros suelen ser completamente opuestas al presente. Sin embargo, los discursos de Bachelet revelan un estilo atípico por su tono positivo y no confrontativo. No realiza críticas sobre un pasado inmediato. Tampoco ofrece promesas futuras que se distancian radicalmente de las políticas del presente. Sus palabras transmiten una visión positiva de Chile:
“Y, créanme, que estoy entusiasmada. Porque veo que después de décadas de incomunicación y desconfianzas entre los chilenos, ha nacido un Chile distinto. Un Chile tolerante. Un Chile abierto. Un Chile maduro que salda las deudas de su pasado y se atreve a mirar el futuro en conjunto. Como lo estamos haciendo esta noche. Veo también un Chile lleno de ganas y empuje. Veo miles de chilenas y chilenos que se esfuerzan día a día por sacar a sus hijos adelante. Veo chilenas y chilenos con ganas de surgir, de emprender. Por eso mi entusiasmo ante el futuro. Porque sé que podemos ayudar a encausar [sic] toda esta energía positiva y lograr grandes cosas como país.” (Discurso – 2 de diciembre de 2004)
Y apunta a la continuidad de los cambios ya realizados y cree que el programa adecuado para el futuro es “más de lo mismo”:
“Orgullosamente les digo: El a veces vapuleado “más de lo mismo” es la receta adecuada en este sentido. [...] ¿Qué necesitamos? Persistir en todo lo bueno que hemos logrado en estos años, pero también enfrentar el próximo período con mucha innovación, con mucha capacidad de emprendimiento, con disposición plena a integrar a todos los chilenos y chilenas a los beneficios del crecimiento.” (Discurso – 2 de diciembre de 2004)
“Gracias a los éxitos de nuestros gobiernos, hoy podemos asumir nuevos desafíos y hacer realidad nuestros ideales de siempre.” (Discurso en el Congreso el Partido Socialista de Chile – 28 de enero de 2005)
El manifiesto de su intención de seguir lo que se ha llevado a cabo por los gobiernos anteriores de la Concertación, el de Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos puede ser interpretado como que la candidata se identifica con ellos:
“Hemos demostrado que los socialistas sabemos gobernar muy bien. Hemos puesto a disposición de los gobiernos de la Concertación a nuestros mejores cuadros, quienes se han hecho cargo de las tareas más complejas.” (Discurso en el Congreso el Partido Socialista de Chile – 28 de enero de 2005)
Y eso le permite a Bachelet presentarse a sí misma como una candidata heredera capacitada para gobernar el país.
La atipicidad discursiva se manifiesta también por no criticar a sus oponentes. En los discursos analizados no se encuentran críticas explícitas a sus rivales de la campaña. Pese a que intenta no emplear un tono confrontativo, la candidata sí recurre a la ironía y al lenguaje indirecto para que las críticas de los opositores se volvieran contra ellos mismos. Es una táctica sutil pero eficiente:
“Se ha criticado mucho mi empeño de consultar, en incluir a la gente. Para las élites, escuchar es una señal de debilidad. Estoy convencida, al contrario, de que de ahí reside la fuerza de lo que estamos haciendo.” (Carta a los chilenos del Programa de Gobierno de candidatura presidencial – 18 de octubre de 2005)
“¡Cuánto gusto da ver a algunos [sic] oposición ahora preocupados de la igualdad de oportunidades! ¡Cuánto gusto da ver a los intolerantes de antes hablando ahora de tolerancia! ¡Cuánto gusto da ver a los autócratas de antes hablando ahora de participación y democracia!” (Discurso en el Congreso el Partido Socialista de Chile – 28 de enero de 2005) Gerber (2006, 58), que analizó los discursos de Bachelet de distintas fases en la campaña, también recalca dicho rasgo: no se aprecia ninguna crítica expresa a los oponentes en todos los discursos analizados hasta noviembre de 2005, salvo dos excepciones con una crítica indirecta sobre la propuesta de Lavín y otra bastante directa a Piñera.
Cercanía y empatía
Como segunda característica discursiva se puede aludir a su habilidad para transmitir un discurso cercano a la gente. Por un lado, casi en todos los discursos analizados tratan a los interlocutores utilizando “amigas y amigos” o “queridas amigas y amigos”. Por otro lado, la candidata utiliza el componente emocional que se basa en su condición de ser mujer para acercarse al público. Enfatiza su papel de madre, ama de casa y cabeza de familia:
“Como a la mayor parte de los chilenos, no se me ha regalado nada. Casi todo lo que sé lo he aprendido luchando, por amor a mis hijos, a mi profesión, a mi país.” (Carta a los chilenos del Programa de Gobierno de candidatura presidencial – 18 de octubre de 2005)
“[…] una mujer como tantas, que ha trabajado duro y sacado adelante a su familia.” (Discurso de la primera vuelta – 11de diciembre de 2005)
Otra forma destacada para acercarse a su público es acentuar en que ella es como una de ellos, que su historia no es la de las élites:
“Yo no fui criada para el poder ni nunca hice nada para obtenerlo. No pertenezco a la élite tradicional. Mi apellido no es de los apellidos fundadores de Chile.” (Carta a los chilenos del Programa de Gobierno de candidatura presidencial – 18 de octubre de 2005)
La cercanía y empatía manifestadas en sus discursos pueden ser interpretadas como un intento de establecer un puente entre el ámbito público y lo privado. Y es llamativo, ya que en los discursos políticos femeninos estos dos elementos se consideraban mutuamente excluyentes. Según la explicación de Mayhead (2005, 209-210), al suprimir la línea divisoria entre lo público y lo privado Bachelet crea un espacio andrógino y neutro (un espacio intermedio entre ambas esferas) que corresponde a una nueva manera de hacer política de las mujeres de este siglo. Dichas propiedades se comprueban en la manera en que ella expone su discurso con una voz familiar y cercana creando un ambiente de amistad y alegría:
“Queridos amigos, queridas amigas. ¡Qué alegría enorme estar nuevamente en casa, con ustedes! ¡Qué alegría regresar a mi país, después de casi tres años! Y es una tremenda alegría porque han sido años de trabajo, de satisfacciones, de aprendizaje. He visto, en esta tarea que me tocó desempeñar, nuevas realidades. […] Pero créanme, así como les cuento lo valiosa que ha sido la experiencia de estos años, no hay nada que se compara [sic] con la felicidad de estar en casa. Porque no hay nada que se compare a la dicha de estar en mi país, con mi familia, con ustedes, mi gente.” (Discurso de lanzamiento como candidata en el Centro Cívico - 27 de marzo de 2013)
Política experta
En las campañas electorales, percibimos y valoramos, como votantes, la capacidad de un político para realizar un liderazgo efectivo a través de la mención precisa de su experiencia política. Sin embargo, en los discursos de la candidata no se halla este tipo de presentación de sí misma como política hábil ni de su amplia y larga experiencia en la política. Hemos encontrado en nuestro corpus una sola alusión a su paso por los ministerios de salud y defensa:
“Como médico, como ministra, o ahora último durante la campaña municipal, he tenido la ocasión de recorrer Chile y visitar a su gente. He visto la miseria humana y material de muchos chilenos.” (Discurso – 2 de diciembre de 2004)
En la campaña electoral de 2013 se percibe un cambio sutil al respecto. La imagen de una política profesional se fundamenta en su experiencia internacional después del mandato del 2006 al 2010, aunque siguen sin aparecer menciones explícitas u ostensibles. Como se puede comprobar en el siguiente fragmento discursivo, sólo se especifica que el recorrido por el mundo con trabajos de la ONU fue enriquecedor como persona y como política:
“He recorrido muchos países en este tiempo, promoviendo los derechos humanos de las mujeres y niñas en todas partes del mundo. Me he reunido con gobernantes y trabajado con organizaciones y líderes de Asia, África, Oceanía, Europa y de América Latina. […] Para mí esta ha sido una experiencia de vida, una labor enriquecedora, un permanente descubrimiento y un aprendizaje que, estoy segura, servirán a los hombres y mujeres de mi patria.” (Discurso de lanzamiento como candidata en el Centro Cívico - 27 de marzo de 2013)
Debido a que su habilidad política ya queda bien demostrada por su vasta experiencia, dicho de otro modo, la vida de Bachelet habla por sí misma, estas declaraciones sobre su experiencia internacional funcionan como argumentos para reivindicar y consolidar su figura como líder competente, preparada para enfrentarse a nuevos retos del país.
Por último, merece un especial interés la imagen femenina expuesta en sus discursos. Bachelet, en la campaña de 2005, expresa de un modo bastante claro y franco que es ‘una mujer’ que aspira a gobernar el país: “Asumo con entusiasmo el desafío de ser la Primera Presidenta del país.” (Discurso en el Congreso el Partido Socialista de Chile – 28 de enero de 2005)
Y siente la necesidad de convencer a los votantes a través de unas alusiones explícitas sobre la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres:
“Necesitamos que las mujeres tengamos no sólo los mismos derechos que los hombres, sino la posibilidad - a través de una verdadera política de apoyo - de ejercer estos derechos. Que una mujer sea Presidenta no debe ser visto como una rareza, sino como un augurio.” (Carta a los chilenos del Programa de Gobierno de candidatura presidencial – 18 de octubre de 2005)
Es evidente que durante las campañas la candidata utiliza estratégicamente su condición de ser mujer. Pero la reivindicación femenina que se discute aquí no es de la misma índole que el ethos femenino presentado a través de la apelación al estereotipo de mujer y madre, sino que las connotaciones feministas en sus discursos se fundamentan en la integración social. Estas palabras se habrían debido al poco protagonismo de las mujeres en la sociedad y la escasa participación femenina en el terreno político de Chile de entonces.
Según el análisis de nuestro corpus, esta reclamación feminista se resalta principalmente en los discursos de su primera campaña. Pese a que vencer la desigualdad y promover la integración social sigue apareciendo como uno de los valores prioritarios de su legitimidad política, en los de la de 2013 no recompone la identidad femenina. Las menciones sobre las mujeres aparecen de una forma moderada con una tonalidad de agradecimiento:
“Me enorgullece - como siempre - el trabajo de las dueñas de casa que cada día hacen un enorme aporte al país. El rol de las jefas de hogar que han salido a trabajar o han hecho un negocio por cuenta propia.” (Discurso del cierre de la campaña en Quinta Normal - 13 de diciembre de 2013)
“Son especialmente las mujeres de mi patria. Porque no sólo han hecho valer sus derechos y los de los demás. También han sido las primeras en levantarse, las que están siempre ahí, protegiendo a sus hijos e hijas, haciéndose cargo de las personas mayores, poniendo el hombro en los comités de vivienda, en las juntas de vecinos, en los centros de padres.” (Discurso del cierre de la campaña en Quinta Normal - 13 de diciembre de 2013)
Es lógico que no podamos determinar, con lo que se ha expuesto, la postura tanto personal como política de Bachelet respecto al feminismo pero podemos apreciar, al menos, que no es un discurso feminista radical. El análisis de sus discursos nos revela que la candidata practicó un feminismo sin represalias ni provocación para reivindicar la integración social, que construye el eje central de sus programas electorales.
Ⅴ. Consideraciones finales
Teniendo en cuenta lo que se ha expuesto en líneas anteriores y los resultados de las dos campañas electorales de Bachelet, podemos llegar a la conclusión de que la tonalidad positiva, la cercanía expuesta a través de la forma de presentarse a sí misma como mujer y madre y, sobre todo, la figura de una política eficiente fueron estrategias acertadas y cualidades bien percibidas por los votantes. Al realizar un estudio empírico y cualitativo, es necesario controlar la subjetividad y manejar de forma adecuada la información obtenida para una interpretación inequívoca. Este punto viene a ser crucial cuando se trata de un análisis del discurso político porque la mayoría de los textos pronunciados por los políticos no son elaborados por ellos mismos o sufren modificaciones exteriores. De ahí surge la duda sobre si las características discursivas observadas pueden ser aceptadas como propias de un determinado político. En este sentido, podemos señalar que las del presente estudio pueden serle atribuidas a Bachelet, puesto que, según Gerber (2006, 61), sus discursos tienen una gran cuota de aporte de la propia candidata. Y añade que los discursos serán 50-60% texto y el otro 40% lo crea ella en el acto, por lo que identifica el estilo de Bachelet como oradora desenvuelta y espontánea.
Como se ha indicado al comienzo, el presente estudio pertenece a un proyecto de investigación que intenta analizar y comparar las características discursivas de las dos Presidentas de habla hispana, Michelle Bachelet y Cristina Fernández. El explorar las estrategias que empela Bachelet para convencer al público en sus discursos de campaña electoral ha sido un paso previo y crítico para seguir en esta línea de investigación, debido a que en el lenguaje político la forma de convencer a los votantes es principalmente retórica y las particularidades manifestadas ofrecen argumentos para determinar el estilo discursivo que tiene un político. Sin embargo, el resultado de este estudio con la perspectiva crítica del análisis del discurso, nos reivindica la necesidad de llevar a cabo un estudio enfocado más en lo lingüístico de los textos. Así pues, en los siguientes estudios se incluirá el análisis sintáctico y pragmático en los que se atenderá al uso de tiempos y formas verbales, a la deixis personal y a la tipología de los actos de habla con el fin de relacionar las propiedades del comportamiento lingüístico de las dos candidatas con sus ideas sobre el cargo por lo que luchan, es decir, con el comportamiento político.
Acknowledgments
* This research was supported by University of Ulsan Research Fund, 2014.
Notes
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